Desesperación


Cuando aprendí a jugar ajedrez tenía la mente completamente entretenida con el ejercicio de pensar. Cuando me enseñaron a montar bicicleta, tropecé tantas veces que nunca aprendí. Cuando me enseñaron a leer, me dí cuenta que nunca lo he podido hacer. Cuando me enseñaron a fingir, mis ojos sangraban abiertamente. Cuando me impusieron leyes, me deje llevar por mis ideas y varias veces las he violado. Cuando me dijeron que había que trabajar para el futuro, me volví más perezosa. Cuando supé que tenía que enfrentarme al mundo, dudé entre quitarme la capucha o en dejármela puesta. Cuando quería encontrar respuestas, los eruditos me dijeron que era mucho mejor crear preguntas.

Cuando me dejé llevar por el corazón, la desesperación llegó, se instaló y aún se va a quedar por mucho tiempo.

1 Huellas:

Anónimo dijo...

es el riesgo, julieth.. es el riesgo.

abrazos.